Wissenschaftsladen Dortmund

English: How a barren avocado plantation became a forest garden

Polski: Jak naga plantacja awokado stała się leśnym ogrodem

Deutsch: Wie aus einer kahlen Avocadoplantage ein Waldgarten wurde

Vista de la Finca Leukeña desde el exterior. Delante, un campo convencional.

Las plantas crecen casi en cualquier lugar de la Tierra si las dejamos. Incluso en suelos degradados por la civilización (desde el Imperio Romano hasta la política agrícola de la UE) pueden crecer nuevos oasis verdes y fértiles, ya sea en el sur de Europa, en Alemania o en cualquier otra parte del mundo. Lo importante es restablecer el equilibrio del suelo y el balance hídrico. Para ello no se requiere una tecnología costosa, sino una cuidadosa observación y mucho trabajo manual.

En 2015 comenzó la conversión a la permacultura de una parte de la superficie situada en el sur de España. En 2017 se añadió la mayor parte de la zona ajardinada actual, de modo que ahora se está reconvirtiendo algo más de media hectárea. Anteriormente, la zona era puramente una plantación de aguacates, que se cultivaba de forma convencional con fertilizantes y pesticidas artificiales. El suelo era duro como una roca por el sol, desnudo, casi sin vegetación, con muchas piedras. Los aguacateros daban pocos frutos.

La reconversión se basó en las ideas de Bill Mollison y David Holmgren, considerados los padres de la permacultura en todo el mundo, así como de Sepp Holzer, visionario y experto en agricultura natural y renaturalización del suelo.

Mulching (Mantillo)

(Hacer una cubierta vegetal para favorecer la fermentación)

Aguacatero con mantillo alrededor

Primero se cubrió la tierra con muchas cajas de cartón reciclado para evitar que se secara más. Además, se añadieron muchas bolsas llenas de vegetación, como recortes de césped o setos, y más tarde también restos de madera. Así se protegía el suelo de la intensa luz solar que reseca la tierra. Esto también protege a las lombrices y los microorganismos del suelo del sol, el calor, el frío y el viento. Así pueden multiplicarse mejor, descomponer la materia orgánica y enriquecer el suelo con humus.

La caña común, que crece silvestre y frondosa en la zona, también se cortó en trozos pequeños y se cubrió el suelo con ella. A esto siguieron unas 120 toneladas de residuos de aguacate procedentes de una fábrica de transformación de aguacates, que se entregaron en camión. En la medida de lo posible, se mezclaron con zumo de bokashi (en inglés: https://en.wikipedia.org/wiki/Bokashi_(horticulture) ) antes de aplicarlos al suelo. (a partir de residuos de cocina fermentados lácticamente), se cubrieron con paja y película de plástico y, de este modo, también se fermentaron. Sobre esta base se estaban creandose nuevas capas de humus.

Abono verde

El abono verde con leguminosas es una forma sostenible de fertilizar el suelo. Es una forma ecológica de cultivar alimentos orgánicamente y mantener la fertilidad del suelo a largo plazo. En lugar de comprar nitrógeno caro para fertilizar, puedes aplicar abono verde que beneficia a la naturaleza en lugar de dañarla. El abono verde consiste en sembrar plantas adecuadas y luego incorporar la planta (o sus partes) en el suelo.

La descomposición de la materia orgánica mejora la fertilidad del suelo y la capacidad de almacenar agua. De este modo, los árboles frutales reciben más nutrientes y agua. Las raíces de las plantas de abono verde protegen el suelo de la erosión, lo aflojan y lo airean. Esto facilita la propagación de las raíces de los árboles frutales.

Las leguminosas son especialmente adecuadas para el abono verde. Incluyen plantas como el trébol, los altramuces, los guisantes, las lentejas, las judías y la soja. Pero también los árboles y arbustos pertenecen a la familia de las leguminosas. Entre los más conocidos están, por ejemplo, la mimosa, la robinia y la acacia. Las leguminosas fijan el nitrógeno del aire y lo aportan al suelo. Para ello cuentan con la ayuda de las llamadas bacterias noduladoras (rizobios), que viven en simbiosis con sus raíces. Los rizobios convierten el nitrógeno (N2) en amoníaco (NH3), haciéndolo biológicamente disponible. Esta conversión no perjudica al medio ambiente, sino que lo beneficia. En efecto, en la agricultura convencional, una parte de la fertilización nitrogenada acaba en las aguas subterráneas, lo que provoca la contaminación del agua potable por nitratos. Sin embargo, si el nitrógeno se liga como amoníaco en el humus del suelo, permanece disponible para las plantas durante más tiempo, especialmente en la parte carbonizada de Terra Preta.

Una de estas leguminosas es la mimosa de cabeza blanca (Leucaena leucocephala – de la que deriva el nombre de la finca). Le gusta el clima cálido del sur de España y crece allí de forma silvestre. Las semillas recogidas en la zona se sembraron y crecieron hasta convertirse en árboles. Al cabo de unos 2 años, las primeras ramas podían utilizarse como mantillo de la terra.

De camino a Terra Preta

Terra-Kon-tiki para producir carbón vegetal para la creación de terra preta.

Un reto eran las enormes cantidades de moras espinosas, que el anterior propietario animó a crecer aún más con una podadora, porque las raíces de las moras se quedaban en el suelo después de podarlas y volvían a brotar. Así, gracias a la reproducción vegetativa de la zarzamora mediante estolones, el problema se agravaba cada vez más.

Las plantas secas de zarzamora, pero también otros materiales leñosos, se procesan en un Terra-Kon-tiki (en alemán: https://www.ithaka-institut.org/de/kon-tiki) en carbón vegetal para Terra Preta. Un kon-tiki de tierra es un agujero en forma de embudo (45 grados) en la tierra en el que el material se descompone bajo falta de oxígeno y luego se apaga lentamente con agua. (Instrucciones de uso del Kon-Tiki en alemán: https://www.ithaka-institut.org/ithaka/media/doc/Kon-Tiki_Anleitung.pdf).

El carbón vegetal así obtenido se tritura, por ejemplo, en una trituradora junto con caña y ramas. Mientras tanto, la pila en crecimiento se humedece con un chorro de agua. Por último, se vierte jugo de bokashi por encima, se compacta la pila y se cubre con película de plástico. Al cabo de tres a seis meses, el carbón vegetal está „cargado“ y el material puede incorporarse al suelo, por ejemplo para nuevas plantaciones. La incorporación de carbón vegetal tiene muchos efectos positivos:

• Gracias a su porosidad y a su gran superficie, el carbón vegetal almacena agua y nutrientes para las plantas.
• Proporciona refugio a microorganismos y micorrizas y mejora así la vida del suelo y el abastecimiento de las plantas.
• El propio carbón vegetal está compuesto por un 80-90% de carbono, que apenas se descompone y, por tanto, permanece en el suelo a largo plazo. Es, por tanto, un sumidero de carbono que contrarresta el calentamiento global.
• Y más.

En los pocos años de reconversión, aún no ha sido posible construir una capa de Terra Preta de un metro de altura en la finca, como hacían las culturas amazónicas anteriores. Pero los primeros pasos en este camino son alentadores …

Esfuerzos y resultados

Uno de los objetivos de la permacultura es construir ecosistemas sostenibles que proporcionen alimentos a las personas y requieran la menor intervención humana posible. Sin embargo, dependiendo de la situación inicial, este tipo de desarrollo puede ser largo y/o costoso. Así pues, no hay que ocultar aquí las dificultades de la reconversión: ¡basta pensar en la distribución de un total de 200 toneladas de biomasa en el emplazamiento! Traer la biomasa, procesarla, excavarla en el suelo pedregoso, criarla, plantarla, acolcharla, cosecharla, etc. requiere mucho compromiso, capacidad de aprendizaje, esfuerzo físico y, a veces, buenos nervios (después de todo, no hay una sola persona implicada y no se trata de una situación de laboratorio académico;-). Pero ya es claramente visible, tangible (microclima, caminar descalzo) y palpable que este camino lleva en buena dirección.

Hoy el huerto está lleno de frutas tropicales nutritivas, sanas y deliciosas: aguacates, plátanos, papayas, mangos, chirimoyas, guayabas, fruta de la pasión, níspero lanudo y mucho más. Además del centenar de aguacateros iniciales, ahora hay otros árboles frutales (mango, guayaba, chirimoya, níspero lanudo), más de 30 plataneros grandes („quadrados“) y más de 30 pequeños („canarios“), y más de 30 papayeros („hierba en forma de árbol“). Además, se ha iniciado el cultivo de caña de azúcar, mandioca, limoncillo, macadamia, uvas y hortalizas.

En medio crecen Leucaenas (ver arriba), Senna (en inglés: https://en.wikipedia.org/wiki/Senna_didymobotrya), Tagasaste, Boldo (en catalán: https://ca.wikipedia.org/wiki/Coleus_forskholii ), Ricino, zarzo dorado y otras plantas auxiliares que dan sombra y biomasa (ver A). Cubresuelos como la capuchina, el „tomillo de Jamaica“ (ver B) y la chyotera completan la plantación en el nivel inferior del jardín forestal. En conjunto, el suelo está excelentemente protegido y cuidado: vuelve a estar vivo y hace que las plantas sean productivas.

Pero no es „sólo“ la naturaleza la que consigue aquí un hábitat digno de ese nombre, sino también las personas que aquí viven y trabajan con la naturaleza. Si esta media hectárea parece insignificante en relación con los problemas de la humanidad, hay que tener en cuenta que la humanidad está formada por muchas personas (y culturas) que pueden devolver a la vida una cantidad correspondiente de tierra en diferentes situaciones. Sin alternativas concretas y probadas, no habrá salida a la escalada de catástrofes de la megamáquina que es el sistema mundial capitalista. Y „bueno, el sur de España… no hay heladas, hay mucho sol… quizá algo así funcione allí“ no es un contraargumento eficaz: ¡la permacultura funciona en todas partes!

(A) El surtido de plantas auxiliares se debe en parte a la literatura y en parte al azar. El hecho de que algunas de estas especies se describan como „invasoras“ o „venenosas“ no significa que supongan un „peligro“ en el contexto de la finca. Además, la lista de especies vegetales de la finca está incompleta, por lo que habrá un artículo de seguimiento sobre el tema de la „biodiversidad (flora y fauna)“.

(B) „Tomillo de Jamaica“ no está relacionado con el tomillo, sino con el boldo (véase más arriba). La denominación errónea se debe probablemente al olor, la especie exacta aún está por determinar.

El infierno verde desde dentro 🙂